Caravan, ópera prima de la cineasta checa Zuzana Kirchnerová, se presentó en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2025. Esta coproducción entre República Checa, Eslovaquia e Italia llama la atención por su aproximación honesta a temas como la maternidad, la discapacidad y la libertad femenina, a través de una narrativa franca e íntima.
La película sigue a Ester, una madre que ha organizado unas vacaciones por Italia junto a David, su hijo con discapacidad intelectual. Este viaje es, para ella, una oportunidad de encontrar un poco de alegría y escapar —aunque sea por un tiempo— de las dificultades diarias que conlleva cuidar de su hijo. Sin embargo, lo que parecía una emotiva y liberadora road movie pronto se complica: los planes se frustran y, sin querer renunciar a su propósito, Ester decide continuar el viaje sola con David, viajando en una caravana.
En el camino aparece Zuza, una mujer que se une a su travesía y que, casi por accidente, se convierte en una figura protectora para ambos. Porque una madre sola con su hijo en un país extranjero es, en muchos sentidos, presa fácil de la desgracia.
Ester se encuentra constantemente en una encrucijada: por un lado, Zuza representa la liberación, la feminidad, la independencia y la rebeldía; por otro, David le recuerda sus responsabilidades: ser madre, ser cuidadora, ser afectuosa. Sí, Ester es una mujer que merece reconocimiento, cariño y descanso, pero a la vez no puede permitirse ser egoísta. Es apasionada y viva, pero necesita tener los pies en la tierra y mantenerse alerta frente a los peligros de un mundo que no siempre ofrece espacio para su vulnerabilidad.
La película es una constante vorágine emocional que nos sitúa junto a su protagonista, llevándonos en un vaivén entre ternura y amenaza. Nos invita a empatizar con los personajes sin reducirlos a estereotipos, retratándolos con sinceridad, sin juicios ni clichés.
Uno de los mayores aciertos de Caravan, con tintes autobiográficos, es justamente su mirada honesta. Sin embargo, por momentos el guion parece perder el rumbo entre tantas piezas sueltas, dificultando que el espectador conecte plenamente con la historia. A pesar de los riesgos emocionales que enfrentan sus personajes, el viaje que atraviesan resulta, por momentos, genérico, sin escenas realmente memorables que la hagan destacar dentro del género.
Con una progresión pausada y un desenlace predecible, Caravan termina siendo una ópera prima sólida, sincera y con una mirada clara, que no alcanza el impacto que prometía en un inicio. Aun así, ofrece una exploración valiosa de las complejidades de la maternidad y la lucha por sostener una vida propia más allá del deber.
